Continuamos descubriendo las características de las etapas del desarrollo de las personas, según las culturas antiguas.
Cuarta etapa
Edad: 21 a 28 años
Miedo: CONTINUIDAD. Representa el miedo a la rutina. Todo compromiso genera una sensación de pérdida de libertad.
Actitud: CREATIVIDAD. Hay que hacer en forma extraordinaria las cosas ordinarias de la vida. Es un valor que los padres pueden contagiar a sus hijos con el ejemplo. Recordemos que “enseñamos lo que sabemos, pero contagiamos lo que vivimos”.
Elemento: TIERRA. Contacto con los árboles, las plantas, la tierra. La naturaleza sigue su ritmo, no es rutinaria. La rutina no existe, es una creación de nuestra mente, reconocer y respetar los ciclos naturales.
Nivel de conciencia: TRANSPERSONAL. En esta etapa se tiene que cuestionar el sentido de la vida. Nuestros hijos tienen que descubrir su misión en la vida; para qué estoy, encontrar con claridad de dónde vengo, hacia dónde voy y qué hago de mi vida.
Sentido: OLFATO. En esta etapa prima el sentido del olfato, biológicamente preparado para elegir a la pareja que me va a acompañar durante mi vida, el trabajo o la actividad que me va bien, etc. Se pueden experimentar los beneficios de la aromaterapia.
Quinta etapa
Edad: 28 a 42 años. Incluye 2 ciclos de 7 años. Es una etapa bisagra. A partir de aquí las siguientes etapas se espejan en las anteriores.
Miedo: A PERDER. Implica el temor, cada vez más consistente, a perder lo que me gustaba hacer, mi deporte, el tiempo que tenía para mí, el trabajo, la seguridad material, la juventud, la posibilidad de ser madre, la virilidad, etc.
Actitud: SER. Para vencer el miedo a perder, hay que “ser” (lo que no se puede perder), no tener. Es el momento de dedicar tiempo y energía a nuestro ser interior, a su crecimiento y afirmación interior.
Elemento: LUZ/SOL. Tiempo de tener claridad. Darse tiempo en soledad para descubrir lo que siento, lo que pienso, lo que hago; no es aislamiento, es encontrarse con uno mismo.
Nivel de conciencia: UNIDAD. Conciencia comunitaria. No soy, somos. El ser humano como especie no puede sobrevivir sólo, necesitamos de los demás. En esta etapa hay que lograr adoptar la gratitud y la alegría, como actitud de vida. El que lo logra, agradeciendo y sonriendo, en vez de deprimirse y quejarse, es el que aprendió a vivir.
Sentido: OÍDO. Es tiempo de escuchar, escucharnos y aprender. Darnos cuenta que no sabemos todo. Prestar atención a lo más sagrado de uno mismo. También estar a la escucha de los otros.
De los 42 años en adelante, los miedos se espejan con las edades anteriores correspondientes. Si realmente aprendí a vivir, entonces…
Sexta etapa
Edad: 42 a 49 años
Miedo: CONTINUIDAD. Si trabajé mis miedos, a esta edad no temo a la rutina. Lo que deseo es aterrizar todo lo que he aprendido. La persona siente muchas ganas de transmitir, de hacer, de dar. No se aburre, siempre encuentra la forma creativa de darse y también disfruta de estar solo. Busca estar en contacto con la tierra, en su jardín o regar sus plantas. Si no trabajó sus miedos, en vez de ”ser”, va a buscar “tener”. En vez de estar en contacto con la tierra, va a querer poseer cosas, poseer tierras. A esta edad debo tener clara cual es mi misión personal en la vida. Encuentra la sabiduría oculta en los aromas.
Séptima etapa
Edad: 49 a 56 años
Miedo: CAMBIO. Si la persona no trabajó su interior, a esta edad va a buscar la seguridad afuera, en los otros, en la pareja o en los hijos. Vuelve la amistad, el reencuentro con los amigos, el sentir “vos podes contar conmigo”. El nivel de conciencia es existencial. Si la persona no maduró, va a adoptar una actitud negativa ante la vida. Si creció interiormente, va a ser una persona positiva, que colabora y participa para que las cosas mejoren. El sentido es el tacto. Se vuelve a los hobbies, las actividades manuales, la cocina. Redescubre el amor en la pareja, la caricia, el abrazo.
Octava etapa
Edad: 56 a 63 años
Miedo: CERCANÍA. Si la persona no superó sus miedos, en esta etapa puede volver a temer a los otros, al engaño o a la inseguridad, al daño a ellos o a sus hijos, y se va a cerrar a los extraños. En vez de autonomía, se encierra en su casa, no sale. El elemento del fuego; se comparten asados con familia y amigos. El nivel de conciencia es el social. Si creció como persona, quiere ser útil, escuchar, participar y tomar contacto con la realidad.
Novena etapa
Edad: 63 a 70 años
Miedo: ABANDONO. La persona siente que no es imprescindible. Si no trabajó sus miedos, la persona reclama presencia. Si no trabajó en su interior, no sabe qué hacer de su vida y quiere que le llenen la vida, haciendo reclamos de presencia, tiempo, energía. Es egoísta y se enferma para llamar la atención. Hay que ponerle límites a estas personas. El elemento del agua ayudaría a disolver los miedos internos. El sentido es el gusto. Si aprendió a vivir, la persona sabe alimentarse bien.
Décima etapa
Edad: 70 a 84 años (de 14 años, espejada con la etapa de los 28 a los 42 años)
Miedo: A PERDER. Si la persona trabajó sus miedos, sabe que la vida no termina con la muerte, que es un cambio más. No teme perder, porque ya es más lo ganado. Es un faro de luz para los demás, guiando con su ejemplo de vida. Le encanta el sol y abre todas las ventanas de su casa para que entre la luz. El nivel de conciencia es la unidad, sabe que todos estamos unidos. El sentido es el oído. La persona escucha mucho más de lo que habla. En caso contrario, si no aprendió a vivir, habla el doble de lo que escucha.