Hay 3 químicos claves en nuestro cuerpo relacionados a la felicidad a largo y corto plazo. Algunas personas, no conscientes de ello, intentan de diferentes formas ser más felices ellos y a sus hijos, pero lo que hacen es contraproducente y reducen la felicidad a largo plazo.
Felicidad a Corto Plazo
La dopamina es un químico que las personas subconscientemente tratan de maximizar, lo que puede sabotear la felicidad a largo plazo. La dopamina surge cuando ves algo nuevo, como una publicación en redes sociales, o cuando haces algo agradable, como comer tu comida favorita. También cuando consigues un lugar para estacionar el auto, le das de comer a los chicos o terminas un trabajo.
Es un sistema de recompensa de corto plazo diseñado para darnos pequeñas dosis de placer cuando alcanzamos un logro. Intentar maximizar siempre la dopamina en realidad reduce la felicidad a largo plazo.
La dopamina está diseñada para desaparecer rápidamente.
Sin importar qué causa el incremento de dopamina, puede ser un juguete para un niño o un par de zapatos nuevos para tí, o incluso una casa nueva, siempre bajará al nivel regular. Tu comida favorita puede causar un incremento en los niveles de dopamina por 10 minutos. Un par de zapatos nuevos puede aumentar tu felicidad unos minutos por día durante un mes. Incluso una casa nueva solo aumenta la felicidad unos minutos por día por algunos meses.
En el 99 % de las compras, sus efectos en la felicidad duran menos de unas horas. Aún así, las personas envidian a otras que tienen buenas cosas, y asumen inconscientemente que serían felices si tuvieran esas cosas.
La hormona del estrés
El cortisol es un químico corporal que se libera en respuesta a eventos o situaciones de alerta cotidianas como despertarse por la mañana, hacer ejercicio, manejar al trabajo o ir a la escuela. Esa cantidad es buena porque nos motiva a hacer cosas. Pero los expertos piensan que los niños tienen cortisol en exceso.
El cortisol elevado en niños viene de sentirse nerviosos porque algo que los altere emocionalmente podría suceder en cualquier momento. Esto es algo que puede ser difícil de aceptar, pero el cortisol elevado en niños es comúnmente causado por sus padres. También puede originarse en otros ámbitos de acción del niño: la escuela, amigos, entorno.
Lo hacen al burlarse de los niños pensando que es divertido, amenazarlos si no hacen lo que se les pide o compararlos con otros niños. Las prisas, el exceso de actividades y las presiones diarias también son transmitidas a los niños inconsciente o conscientemente. De repente nos enojamos con ellos o con otros, gritamos, y eso los mantiene tensos.
No es el acto lo que causa el cortisol alto, es estar nervioso porque podría pasar. Esto significa que tu hijo podría tener el cortisol elevado sin que lo sepas, incluso aunque no muestre problemas ahora. Es un problema silencioso en el que los efectos no se manifiestan hasta meses o años después. Es como fumar, no nos dañará la primera vez o hasta por muchos meses pero a la larga disminuye significativamente nuestro bienestar.
Cientos de estudios se han hecho a niños con el cortisol elevado y los investigadores concluyen que aquellos con niveles altos consistentes son más propensos a tener problemas de abuso de sustancias, tomen malas decisiones y vivan menos felices. También son más propensos a sufrir depresión, ansiedad, enojo o irritabilidad.
Un estudio publicado en la revista “Child development» encontró que los niños con cortisol elevado tienen más probabilidades de experimentar deficiencias de aprendizaje y retraso cognitivo. Afortunadamente, los padres que aprendan esto, pueden reducir los niveles de cortisol e incluso revertir sus efectos negativos.
Felicidad a Largo Plazo
Entonces, si maximizar la dopamina, comprando cosas todo el tiempo o entreteniéndote no conduce a la felicidad a largo plazo; y si debes reducir los niveles elevados de cortisol en tí y en tus hijos, entonces ¿qué sustancia cerebral deberías enfocarte en aumentar?
La respuesta es la oxitocina. Es la sustancia química del cerebro que tiene mayor impacto en el bienestar a largo plazo. El aumento de la oxitocina es como comer sano o hacer ejercicio, pero para nuestra salud mental. La oxitocina es el químico de la unión, presente en el parto, cuando amamantamos y durante el sexo.
La mejor forma de aumentar la oxitocina es mediante la construcción de vínculos profundos y sanos con seres queridos. Podrías pensar que estos vínculos profundos no producen mucho placer inmediato, pero ciertamente verás sus beneficios con el tiempo.
Para entenderlo, tienes que regresar en el tiempo a una época en que nuestros antepasados vivían en tribus. Aquellos que se esforzaban por ser un miembro importante de la tribu tenían más probabilidades de sobrevivir y transmitir sus genes. A los que no les importaba ser parte de la tribu, eran más propensos a morir de hambre o luchando solos y no transmitían sus genes.
Los genes transmitidos fueron los de los que se preocuparon profundamente por ser parte de la tribu. Como resultado, nos convertimos en una especie que está programada para ser infeliz si no estamos profundamente conectados con, al menos, algunos otros.
Al igual que nunca es demasiado tarde para empezar a comer sano o hacer ejercicio, nunca es demasiado tarde para comenzar a generar en nuestro cuerpo y en el de nuestros seres queridos más oxitocina y aumentar el bienestar a largo plazo.
Abrazar es una forma muy simple de conseguir un aumento de oxitocina. Se aconseja también construir relaciones de confianza con nuestros hijos, ayudándoles a procesar sus emociones. En próximos artículos compartiré herramientas prácticas que te ayuden a construir vínculos profundos con tus hijos. Pero lo primero sería auto examinarnos a nosotros mismos, ya que somos naturalmente su primer referente, y preguntarnos ¿Cómo me siento? ¿Estoy feliz con lo que hago?